¿Cómo empezó la Basket? En Estados Unidos, en el Five Star Camp, en Pittsburg. Cerca de Bobby Night, de Jim Bomheim, de Mike Fratello, de Billy Donovan. Por allí andaban, reclutando jugadores para las Universidades, a más de 35 grados bajo el duro sol de agosto en la zona central de Estados Unidos. Sin embargo, la clave Fabio Trolese. Entrenador italiano, en aquel momento en la Benetton Treviso, nos invitó a jugar un torneo en los primeros días de 1996 en Venecia, pocos meses después de conocerlo. Y por ello, hubo que devolver aquel regalo de Reyes.
El Moto Bazar fue a jugar hasta Italia. A día de hoy, es el equipo de formación de Vilagarcía que más lejos ha jugado en la historia. Es otra realidad. Salimos el día 1 de 1996 a las 5 de la mañana. Marcos Davila y Jordi Aragonés, se cambiaron el traje directamente para subirse al autobús y hacer tropecientas horas en busca de Venecia. Fue un excelente torneo, donde quedamos terceros, pero lo mejor de esta experiencia fue disfrutar de un día previo a Reyes, en plena ciudad veneciana, con nieve. Es algo que no se le olvidará nunca a las 22 personas que fuimos hasta el país transalpino aquel año. También a Rocío y a Noly…
Planteamos hacer el torneo en Semana Santa. Era abril y un mes antes, Benjamín Rey, que llevaba apartado varios años del baloncesto, fue convencido y abordado en su moto (casco incluido como siempre) para que nos echara una mano en busca de dinero para organizara aquella devolución de visita.
La Rucker, equipo de Fabio Trolese esa temporada, no pudo acudir por problemas económicos. No tenían dinero para el viaje. Nosotros, acabamos de pagar el autobús de Pereira, con el cual habíamos ido a Italia, al concluír la segunda edición del torneo, gracias a la Diputación de Pontevedra, y usamos su subvención de forma íntegra para pagar lo que faltaba. Exactamente, 300.000 pesetas de aquel momento (1.800 euros actuales).
Fernando Salgado escribía en deportes en La Voz de Galicia (no existía el Diario de Arousa y Faro de Vigo todavía no tenía su edición local). Por eso, todas las noticias de nuestro deporte pasaban por la redacción de La Voz o Radio Arosa. Fernando nos dio la primera gran alegría del torneo. La edición de Arousa del periódico abría el domingo de Pascua con una foto del torneo, indicando que 20 años después el pabellón de la Policía había vuelto acoger un acontecimiento de baloncesto. Fue, tal vez, el primero alegrón del campeonato.
Fuimos unos osados. Simón Sabariz, segundo de a bordo de la Policía Nacional en aquel momento, nos dejó urgar. Sacamos carteles del torneo, sin tener permiso para jugar allí. Pero entre él y Enrique León, efímero alcalde de Vilagarcía años más tarde, lograron que pudiéramos comenzar un camino. Y eso que Simón, no es de nuestra cuerda… más bien lo contrario.
Bueno, que logramos hacer un torneo internacional, no sólo con equipos portugueses (¡menos mal que nos queda Portugal!), sino que también el Fantuzzi Perdenone de Italia estuvo presente. El conjunto transalpino llegó a la final frente al Elmar León, primer campeón de la Basket Cup. ¡Cuántas veces se habla de torneo internacional con sólo equipos de Portugal!
Cuando en la décima edición, León volvió al torneo, el director deportivo del club, un tío de excepción, Joaquín Rodríguez, reunió a sus chicos nada más llegar a Fontecarmoa. Era el segundo año de las banderolas de los campeones colgadas en el pabellón. En fin, que los reunió, les hizo ver los nombres que había a su lado y logró emocionar al equipo. Como siempre, León respondió a un gran nivel.
Volvemos al 96. Fernando Salgado comentaba, con acierto, que además de ver baloncesto en el pabellón de la rúa Castelao, tras más de 20 años cerrado al público, el torneo había sido diferente por un par de razones: música y speaker. Miguel Ángel González (que en paz descanse) nos dejó un bafle que tenía en el instituto de Carril (pesaba lo que no estaba escrito) y con un simple radiocasette casero y un crack al micro, el ya mítico Pablo Rebollo, la gente vio la esencia de la Basket Cup: música y basket. Esa es la receta.
