No es la primera vez que al torneo se le trata de hacer daño. Ni tampoco será la última. Primero fueron golpes para que no fuera arriba. Luego, empujones para que no creciera. Ahora, intentos de desestabilizarlo y de hablar mal de lo que se hace. Hablar sobre el torneo y no comentar esta vertiente sería eludir la realidad.
Hubo una primera persona que intentó condenar al torneo o modelarlo a su gusto, pero no fue capaz, una persona del Liceo y de la Fundación. Llegó a denegar sillas, impedir presencia de chavales del Liceo en la selección de Vilagarcía, a condicionar subvenciones para estar presente lo que él, en aquel entonces defendía (ahora ya no es ni socio). Ese año el torneo lo salvó Felipe Suárez, porque cuando fuimos conocedores del chantaje al que nos querías someter no hubo dudas en decirle lo que estaba pasando. Fue como agua santa… Alguno se puso a temblar antes de que hablase Felipe en antena.
También otro personaje famoso, quien como persona importante importante de la Delegación Arousana de baloncesto en el segundo año del torneo, llegó a organizar de forma paralela un campus para chavales (para que no vinieran al torneo) y asistió a la entrega de premios desde detrás de la red de la portería de fútbol del pabellón de la Policía…
Ahora, algunos, con nombres y apellidos, tratan de desprestigiar el torneo, apoyados en que nos hacemos ricos… Buscan el anonimato en bares, de tertulias con padres de jugadores, de foros, para plasmar lo que en realidad sienten: envidia. Envidia por no ser ellos quienes hubieran tenido esa idea y la pudieran plasmar sobre el papel. Envidia de no ser los propietarios de este torneo. Lo que no entienden, es que es el Público, quien triunfa una y otra vez. No quien lo organiza.
¿Por qué cada vez hay más gente detrás de la Basket Cup? ¿Por qué cada vez somos más los que estamos organizando, asistiendo, apoyando económicamente este campeonato? ¿Acaso existe una enajenación mental colectiva tan grande, que sólo algunas mentes privilegiadas desde fuera de la organización, saben lo que realmente se cuece? Se desprestigia a funcionarios, a periodistas, a comerciales, a mujeres y hombres que tienen su vida cotidiana y que dan su tiempo libre y parte de sus vacaciones, para disfrutar organizando una cosa como esta. Es triste.
Esperemos que con estas líneas las personas del baloncesto, entendiendo que cada uno tiene y ama sus colores, sus preferencias, sus amistades, defiende los intereses de su club (porque en la diversidad está el gusto), sirva para hacer reflexionar que todas las personas que están en un club, en un torneo o en un movimiento social, lo hacen por que les gusta. No por dinero. Eso es trabajo. No un hobbie.
El tiempo cura de las heridas, pero quedan cicatrices. El rencor está sólo del lado de aquellos que no saben, o no quieren saber. Nosotros no tenemos rencor. Y lo ponemos bien claro. Pero a cada uno, lo que le corresponde en este entierro…
